Pequeñas dosis de felicidad

Un día, after office con mis amigas y una compañera de trabajo, estábamos riendo a carcajadas por alguna anécdota o tontería que alguna de nosotras había dicho, cuando esta compañera de trabajo dice, pero lo dice como para sí misma: «¡Qué barata es la felicidad.» Nunca me pude sacar esta frase de la mente.