Hello, tiempo que no pasaba por acá. No es excusa ni justificación, pero he estado en varias cosas a la vez y como no pretendo renunciar a ninguna estoy viendo como integro todas en mi rutina diaria. Aún estoy en eso.
No les ha pasado que desean algo, una oportunidad, y cuando se les presenta en vez de lanzarse de lleno a ella, porque era lo que querían, dudan. A mi me ha pasado muchísimas veces y es como una actitud ilógica pero que a la vez tiene sentido.
Cuando estamos en una zona que no voy a decirle confort sino una zona de costumbre, ya sea que estemos bien, regular o mal siempre nos da miedo lo nuevo. Porque, ¿y si es peor?
Hace como un mes me salió una oportunidad que había deseado y creo que en cierta forma la atraje con mis pensamientos. Pero cuando ésta tocó a mi puerta, dude por un momento y la dejé esperando en el umbral de mi puerta por un día entero.
Después de consultarlo con mi misma, la almohada, mi familia y amigos me di cuenta de dos cosas:
- La oportunidad no iba a esperar toda la vida a que yo me decidiera, a veces debemos tomar decisiones rápidas.
- Siempre nos va a dar miedo aventurarnos a lo nuevo, pero si no tomamos el riesgo nunca cambiaremos nuestra realidad y por lo tanto no cumpliremos nuestros sueños.
Así que me armé de valor y acepté pensando que, si se presentó esta oportunidad de la nada, estaba destinada para mi.
El otro día leí una frase que me encantó: si queremos un cambio en nuestras vidas, debemos empezar actuando diferente. Es así, muchas veces deseamos cosas pero cuando las tenemos frente a nosotros, por temor, le cerramos la puerta en la cara. Le cerramos la puerta a ese futuro que tanto deseamos.
Consejo del día: A veces el tren no pasa dos veces, arriésgate.
V.
103/∞