Hoy estaba pasando el rato en Twitter y leí el tweet de una buena amiga que decía que se negaba a combinar su mascarilla con su outfit, porque no quiere normalizar el uso de éstas. La entiendo totalmente.
El otro día estaba pensando en todo y en nada a la vez cuando realmente caí en cuenta que: tenemos más de 3 meses así, hay alerta de una segunda ola de casos (coronavirus) que amenaza ser peor que la primera y muy probablemente el año se acabe y nuestra situación actual, de encierro en casa, no cambie mucho. Me dieron ganas de llorar.
A pesar que siento que no me pegó tanto el estar 24/7 en casa, extraño mi vida, corrección, extraño tener el control de mi vida. Decidir cuándo, cómo, a dónde quiero salir sin sentir miedo y sin todo el protocolo fastidioso (necesario yo sé) de higiene y desinfección que conlleva. Me gustaba más la vida sucia.
Entiendo a mi amiga Andrea, quien escribió el tweet, tampoco quiero normalizar esta situación, quiero pensar que faltan pocos meses para que todo termine. Pero a la vez estoy en desacuerdo, tampoco podemos vivir negados a la realidad.
Creo que para que no nos duela tanto es mejor adaptarnos en la medida de lo posible. Si, la desinfección es bien molesta, pero ni modo. Si, usar guantes es incómodo, pero ni modo. Si, usar mascarillas es sofocante, pero ni modo.
Creo que así, por lo menos yo, llevo mejor esta situación que es realmente abrumadora y preocupante y que en pocos meses ha cambiado nuestra manera de vivir.
Me niego a pensar que esto es para siempre, prefiero visualizarlo como algo temporal. Pero una temporalidad que, al día de hoy, está presenta y no podemos obviar.
Ustedes, ¿de qué manera tratan de sobrellevar esta situación?
71/100
V.
Despiértate Verónica 