Vivir en automático

Cualquier día:

  • 6:30 a.m. Suena la alarma me levanto sin ni siquiera pensarlo, ropa de ejercicio, mat de yoga listo, play al spotify y empieza mi rutina intensa de abs.
  • 8:00 a.m. Ducha rápida y a comer arepitas/panquecas/sanduchito.
  • 9:30 a.m. Tiempo de estar en la laptop: trabajando, leyendo, investigando, estudiando.
  • 2:00 p.m. Almuerzo.
  • 3:00 p.m. Descanso: película/serie.
  • 6:00 p.m. Leer, pensar, escribir en el blog, trabajar.
  • 8:00 p.m. Cena.
  • 9:00 p.m. Partido de cartas con mi familia.
  • 10:00 p.m. Películas/series.
  • 11:30 p.m. Dormir.

Se repite el ciclo al siguiente día y al siguiente y al siguiente…

¿No les pasa que viven en automático? Todo es igual todos los días, capaz cambia una que otra cosa pero nada extraordinario ni interesante. Así transcurren los días en cuarentena. Vamos de la cocina, a la sala, al cuarto, al baño y así se nos pasa el día.

Vivimos en automático, ¿pero siempre no hemos vivido así? Estamos acostumbrados a vivir rutinariamente, de una manera que nos agobia y nos agota (por lo menos a mi), con la única diferencia que esa rutina la hacemos por «elección propia», en cambio ésta actual la hacemos de manera forzada, por lo que nos abruma aún más. Pero al fin y al cabo es una rutina que repetimos día tras día.

Me gustan las rutinas, pero también me gusta cambiar, probar cosas nuevas y creo que cuando logramos ese equilibrio nos sentimos bien, felices. Pero no es fácil (por lo menos para mi no lo ha sido), es muy simple caer en la rutina y sin darnos cuenta ya estamos sumidos en una repetición que parece infinita. Está en nosotros seguir en modo zombie o agregarle un twist.

Estos días en cuarentena me he dado cuenta de la importancia de ese equilibrio y de los pequeños detalles, que forman parte de ese día a día, que no le damos importancia pero que, cuando no los tenemos con nosotros, nos hacen falta. Como el sol, la brisa, las risas de las personas…

Una parte de mi se muere por volver a la «normalidad» porque este día a día (confinamiento) empieza a ahogarme, pero tampoco quiero volver a lo de antes, a esa rutina que sin darme cuenta también me estaba sofocando. Quiero que mi día a día sea un balance que no me aburra, que no viva como un robot, quiero reinventarme cada día.

De eso se trata, encontrar ese balance perfecto que te llene.

V.

26/100

Publicado por V

Comunicadora Social Morning Person Music Lover Friend Army Food Lover

Deja un comentario