Para los que me leen sabrán que me tomo muy en serio el cuidado de la piel, sobre todo el de la cara. Cuando era adolescente mi dermatóloga me mandó un exfoliante (sino me equivoco de Avene), el cual usaba muy poco (era cero constante en ese aspecto) así que en realidad nunca pude notar algún cambio. Más tarde me exfoliaba con azúcar y café pero tampoco con mucha frecuencia.
Sin embargo, cuando comencé a investigar sobre el mundo del skin care me di cuenta que habían muchos comentarios encontrados con respecto a la exfoliación, es decir, hay especialistas que lo recomiendan mientras otros que no. 👍👎
¿Qué pude constatar? Que en realidad no es necesario exfoliarse o por lo menos no con tanta frecuencia. Se supone que al exfoliarnos eliminamos células muertas y limpiamos la piel de impurezas, pero ésta practica puede ser contraproducente. ⚠️
Cuando abusamos de la exfoliación podemos irritar la piel, desprotegerla y causarnos acné, exceso de sebo, dermatitis o resequedad. 😱Durante mi investigación leí que la propia piel se exfolia de manera natural, claro hay casos de casos donde se necesita una ayudadita.
¿Qué hago yo que me ha funcionado super bien? 👌Mascarillas purificantes que tienen acción exfoliante y limpiezas profundas. Éstas últimas me las he hecho con un especialista y no me las hago más de 1 una vez al mes.
Yo no me exfolio la cara y mi piel se encuentra super limpia, pero sí uso ciertos productos que desbloquean y limpian los poritos. No digo que no debamos exfoliarnos nunca pero si hay que tener cierto cuidado con la manera en la que lo hacemos, cuáles productos usamos (siempre opta por naturales) y con qué frecuencia. De acuerdo a mi experiencia no he necesitado agregar la exfoliación en mi rutina diaria de skin care, pero cada persona es diferente y por eso siempre debemos consultar con un especialista.
Espero que este artículo les ayude a aquellos que estén iniciándose en este mundo, recuerden leer mucho, la cara es muy delicada. 👈
¿Les gustaría que hablara de mascarillas? 🤔
¡Besos en cuarentena!
V. 🥰
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Un comentario en “La razón por la cuál no me exfolio la cara”